Creer en si
mismo. No importa controlar mejor o peor las facetas del juego, sin confianza y
seguridad en tus posibilidades o en lo que tus compañeros pueden hacer por tí,
se está condenado al fracaso. Entrenar flojo, sin darlo todo también te lleva a
estar unos puntos de intensidad por debajo del resto. Decía Dusko Ivanovic que
"en el deporte no puedes siempre ganar, pero sí estás obligado a luchar,
eso siempre. Ganar es cuestión de un balón, de una defensa". Parece que el
sábado ante Olímpico Aranjuez nuestro infantil se dio cuenta por fin de ello,
viendo cerca sus opciones, el resultado de un trabajo duro con pocas
recompensas hasta ahora.
El sábado
mostraron su mejor cara, esforzados y sacrificados en defensa, valientes y
decididos en ataque, resueltos a igualarse a sus rivales, poniendo en práctica
con acierto todo lo trabajado en las últimas semanas. La confianza iba
creciendo en los jugadores de Marianistas Amorós para llegar equilibrados al
último cuarto. El cansancio y no darlo todo en los entrenamientos previos les
alejó del triunfo, con algunas entradas bien ejecutadas por la izquierda, pero
falladas porque el baloncesto no deja de ser un juego; y algún despiste
defensivo, que no empañan un fantástico partido de Amorós que no puede más que
pensar en las palabras del más grande, Michael Jordan: " Si uno se pone
a trabajar, los resultados llegarán tarde o temprano. No hago las cosas creyendo
a medias. Sé que al hacerlo así sólo puedo esperar resultados mediocres. Por
eso me concentro en los entrenamientos tanto como en los juegos. Es una actitud
que se puede abrir y cerrar como si fuera un grifo. Sería imposible hacerme el
tonto en los entrenamientos y después, al necesitar más empuje en el final de
un juego, pretender que el esfuerzo se refleje".
El resultado:
MARIANISTAS AMORÓS - 44 * OLÍMPICO ARANJUEZ - 55
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