Era el partido de la temporada, nos jugábamos nuestras opciones de
entrar en play-offs en unas circunstancias especiales, sólo contábamos con 5
cadetes para disputar el partido, y necesitamos la ayuda de 5 valientes
infantiles que, en poco menos de una semana, se adaptaron a la perfección a
nuestro estilo de juego y fueron pieza fundamental a lo largo del partido.
Sabiendo de la defensa en zona 3-2 trabajamos muy bien el poste alto y
bajo, el llevar el balón a las esquinas para generar ventajas, teniendo el
equipo rival que alternar con su defensa en caja y 1, defendiendo a uno de
nuestros jugadores más importantes, sin darse cuenta de que, nuestro equipo
contaba con 10 jugadores importantes, que mantuvieron el partido vivo hasta el
último minuto.
El primer cuarto acabó reflejando en el equipo rival una ventaja de 11
puntos, fruto de los 17 tiros libres que les regaló el arbitro, un tal 0756,
amigo de sus amigos y que destrozó el partido, convirtiéndose en protagonista
indiscutible del encuentro; el partido durante los 3 siguientes periodos se
mantuvo en esas distancias de entre 10 y 15 puntos, parando muy bien a su único
jugador decente, al que surtían balones al poste bajo, pero que la gran defensa
interior, los 2 vs 1 en poste bajo y las ayudas hicieron que no jugase cómodo en
ningún momento.
En el último cuarto otro arreón de casta y orgullo de Amorós nos hizo soñar
con la remontada, que acariciamos con la yema de los dedos, pero no pudimos
culminarla debido a la gran oposición arbitral.
Desde aquí, me gustaría agradecer la tarea de la inmensa mayoría de
árbitros, cuya labor es complicada. No debemos olvidar que son personas que, en
muchos casos, son chavales y chavalas en busca de un puñado de euros con los que
poder tirar hacia delante en estos momentos duros y de otro lado, criticar la
actitud del árbitro del sábado, ya que como cualquier persona del mundo, debe
tener amigos, pero cuando uno se viste de gris, hay que dejar de un lado las
amistades y ser justo e imparcial; el favor que les hizo a un grupo de chicos
de su localidad, entrenados por un amigo suyo, conllevó el destrozo que hizo a
otro grupo de chicos que tenían la máxima ilusión y ganas de competir ese
partido, de disputarlo de tú a tú. Supongo que la frase "ojos que no ven,
corazón que no siente" la aplicará en su máxima expresión, pero espero que si
algún día lee esto y tiene conciencia, sabrá que un grupo de chavales sufrieron
la rabia e impotencia de cómo un señor, muy amigo de sus amigos, les robó en la
cara no sólo un partido, sino sus ilusiones.
Cambiando a temas más importantes, de gente comprometida anda escaso el
mundo, por eso quiero agradecer infinitamente al equipo infantil masculino, no
sólo a los que subieron, sino sobre todo a los que tuvieron que hacer un
esfuerzo mayor quedándose durante una semana en cuadro sólo para darnos a
nosotros una oportunidad, jugando ese mismo sábado un partido contra un rival
muy superior en lo físico. Pese a la derrota en el marcador, es una victoria
moral, una semana atípica, difícil y plantaron cara al rival más potente del
grupo, peleando de tú a tú. Enhorabuena chicos, ¡vosotros sois muy
grandes!
Volviendo al partido, los chicos, dieron todo lo que tenían dentro por
conseguirlo, lucharon como jabatos contra jugadores que le sacaban dos y tres
cabezas; 30 y 40 kilos; y sobre todo en muchos casos, hasta 4 años de edad. Valentía, sacrificio, esfuerzo, superación, compañerismo fueron sólo algunas de
las muchísimas cualidades que demostraron, pero si tengo que quedarme con una,
me quedo con el orgullo que sacaron. Pese a tener todo en contra, no bajaron los
brazos en ningún momento, pese a verse superados por las circunstancias, no se
arrugaron nunca, nunca, nunca. Tiraron hacia delante, levantaron la cabeza bien
alta y dijeron ¡yo soy Amorós! aquí peleamos hasta el final, no nos rendimos
nunca, nunca, nunca. Y no lo hicieron. Y desde aquí, quiero transmitirles ese
mensaje: no os rindáis nunca, luchad por lo que os merecéis y no bajéis los
brazos. Todo esfuerzo tiene su recompensa. Como dijo el más grande jugador de la
historia de este deporte: " Puedo aceptar el fracaso, pero no puedo aceptar no intentarlo" yo os
añado; intentadlo cada día, ¡seguid superándoos a vosotros mismos!
El resultado:
ATLÉTICO LOECHES - 56 * MARIANISTAS AMORÓS - 43
ENHORABUENA CHICOS, ESTAMOS ORGULLOSOS DE TODOS VOSOTROS